Tus ojos son tan bellos,
dulces como la miel;
adornan tu mirada,
que intensa y misteriosa, desconcierta.
El sol cada mañana,
se avergüenza al mirarte;
y se esconde en tu pelo,
que de oro adorna sin igual belleza.
Tus labios son cual brisa,
que inunda atardeceres;
acariciando el alma,
que sueña con volver a contemplarlos.
La luna cada noche,
siente celos de tí;
pues por más que pretenda,
no hay sonrisa más bella que en tus labios.
Eres en cada aurora,
Rocío.... fina lluvia;
que da vida a las flores,
de mi jardín de primavera eterna.
Eres belleza inquieta,
incertidumbre cierta;
sueños no confesados
que, cada amanecer, quieren ser ciertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario