- Es seria.
- No.
- Es muy seria.
- Que no, te digo.
- ¿Antipática entonces?
- De nuevo te equivocas.
- Entonces…
- Ella es así. Viste su timidez de arrogancia, su inseguridad de desconfianza, su bondad de frialdad, su belleza de…su belleza es más que evidente
- ¿Cómo sabes todo eso?
- Porque a veces, y solo a veces, cuando por un instante baja la guardia y se deja sorprender por tu mirada furtiva, puedes ver a través de sus ojos un mundo interior diferente, fugazmente vivo y llameante, intensamente cálido y acogedor, pidiendo –casi susurrando a través de esa dulce sonrisa- que la quieran, que no le hagan más daño, que la hagan volar sobre ríos de dulzura, montañas de cariño, prados de pasión, mares de caricias…
- No la entiendo.
- Ella no lo pretende. Aunque lo desea.
El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada (Gustavo Adolfo Bécquer)
Ella
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