Esas pequeñas cosas



Todas La miran con celosa envidia,
soñando que algún día un caballero,
de negro traje y bordados en blanco,
sepa tratarlas como haces con Ella.

Su negro y verde mar, cuando La bailas,
es cual melena al viento, allá, en la orilla;
es un manto de amor que así te abraza,
Enamorada cuando tú La miras.

Su cuerpo te rodea y no te alcanza,
en un baile imposible de caricias;
de rosas deslizando en su figura,
de amor, tan contenido, que es delirio.

Jamás pude soñar que una Bandera,
Inerte y Triste si no está en tus manos,
pudiera transformarse así en mujer,
y enamorar a cuantos La contemplan.

Como un cuento de Hadas, cada tarde,
tus lágrimas -calladas- le dan vida;
y apasionada se entrega a tus brazos,
los del mejor Bandera que recuerde.

Solo tú haces posible ese milagro,
que invade el sentimiento y los sentidos;
Bandera de la Tuna de Comecio,
Orgullo que procolamas en tu pecho.

Son muchos premios los que ya os contemplan,
y más que a Ella, envidian tu maestría;
mas no podrán jamás saber lo cierto:
que tu premio -y el de Ella- es bailar juntos.

Así pues, te dedico este Homenaje,
y no al Bandera, sino al buen amigo;
un Reconocimiento merecido,
a una persona que jamás se olvida.